jueves, 3 de noviembre de 2016

Ubicación geográfica

Capital del estado del mismo nombre, la ciudad de Río de Janeiro se encuentra ubicada en el lado occidental de la bahía de Guanabara en lo que se denomina Región Sudeste de Brasil, muy cerca del Trópico de Capricornio. El municipio tiene un área total de 1.255,3 kilómetros cuadrados, incluidas las islas, la mayoría de las cuales se encuentran dentro de la bahía de Guanabara.


Vestimentas y trajes típicos.



La imagen de la bailarina de samba, con su diminuto y colorido traje en los desfiles de carnaval de Río de Janeiro, es la carta de presentación para el turismo en Brasil. La samba es un género musical que surge en el país y tiene sus orígenes en Angola. Hoy constituye un símbolo de la identidad nacional, y los festejos de carnaval en Río de Janeiro le han dado fama mundial. Las escuelas de samba se esfuerzan cada año por presentar la más llamativa y original vestimenta, ya que es uno de los aspectos más importantes que los jueces tienen en cuenta a la hora de puntuar y escoger al ganador. Los colores llamativos, las lentejuelas, las plumas y la brillantina son los accesorios que predominan en este alegre y despampanante desfile brasilero.

El traje que llevan las mujeres que bailan samba acompañando las carrozas es tan llamativo como pequeño. Las normas para desfilar en el sambódromo de Río son que la tanga del traje no puede medir menos de cuatro centímetros. La vestimenta no está completa si no tiene un casco con plumas de colores, zapatos de tacón alto, pero sobre todo mucho brillo y color, con lentejuelas y todos los accesorios que sirvan para realzarlo. En la parte de arriba se usa un corpiño con lentejuelas, haciendo juego con la tanga, pero otras veces no llevan nada que cubra los pechos. Los hombres también desfilan en el carnaval de Río, y comúnmente van con el torso desnudo y pantalones ajustados.


Flora y fauna


FLORA 

Los terrenos que forman lo que hoy conocemos como Río de Janeiro son una extensa área de terreno fértil que, antes de la llegada de los europeos, era una inmensa selva tropical llena de manglares, lagunas, restinga y pantanos.

La zona se caracteriza por ser una selva tropical húmeda, también conocida como Mata Atlántica que se extiende más allá de la Serra do Mar cubriendo los macizos costeros y las partes bajas. Esto da como resultado que se desarrollen diferentes formaciones vegetales, dependiendo del nivel de altitud a la que se encuentren.

Por ejemplo, por encima de los 1.500 metros sobre el nivel del mar el bosque es un Bosque Nuboso (con presencia constante de nieblas) de bajas temperaturas, por lo que las especies de plantas que allí se encuentran no superan los 10 metros de altura, con troncos y ramas delgadas, cortezas rugosas y hojas pequeñas y muy juntas. Son típicas de estas altitudes plantas nativas como el ipê-amarelo (flor símbolo de Brasil), el fedegoso, el jacarandá-mimoso, la paineira o barriguda (también conocida como palo borracho), laquaresmeira con sus hermosas flores color malva, el embaúba o árbol del perezoso, el cedro y la canela, así como un gran número de bromelias y heliconias y una enorme variedad de musgos.

En las partes escarpadas de las laderas de los morros, situadas entre los 500 y 1.500 metros de altura, se desarrolla lo que se conoce como Floresta de Montaña, donde es posible apreciar árboles que alcanzan los 25 metros de altura, junto con vegetación de tamaño medio bastante densa. Aquí se viven especies como la Vochysia laurifolia, la Clethra brasilensis, gran cantidad de palmeras, bromelias y varios tipos de epífitas como la hermosa flor de mayo (Schlumbergera truncata). También abundan los helechos, sobre todo en las zonas con gran concentración de humedad como pequeñas depresiones rocosas y riachuelos.

Finalmente, la parte más baja de la Mata Atlántica, conocida como Floresta Submontañosa, se extiende entre los 50 y los 500 metros de altitud. La sobre explotación de recursos, el desarrollo urbano y la deforestación intensiva para crear áreas del cultivo de caña de azúcar y de café en los siglos XVIII y XIX, afectaron grandemente esta región, llevando casi a la extinción a especies de plantas características como el pau-brasil, árbol que da nombre al país y que durante la época colonial se utilizó para obtener el tan apreciado colorante rojo utilizado para teñir textiles. La Floresta Submontañosa se caracteriza por presentar árboles que pueden alcanzar los 40 metros de altura y por estar formada por una densa vegetación arbustiva. En la actualidad, la flora que abunda en esta zona está formada por árboles frutales como la palmera cocotera, la palmera del açaí o palma manaca (nativa de la región amazónica), la jaboticaba (Myrciaria cauliflora), así como helechos, orquídeas, bromelias y una amplia variedad de plantas trepadoras.

FAUNA 
Antiguamente, los bosques tropicales que crecían libres en el área que hoy ocupa Río de Janeiro, eran el hogar de centenares de especies animales autóctonos, que debido a la rápida expansión urbana y la devastación forestal fueron abandonando sus hábitats naturales. Poco queda de aquel paraíso virgen al que hace más de cinco siglos llegaron los primeros europeos, no obstante, en las últimas décadas los planes de reforestación y protección ambiental no sólo han beneficiado a la flora sino que también han traído de vuelta a varias de las especies animales típicas de la Mata Atlántica, que hoy conforman la fauna de Río de Janeiro.

Por ejemplo, en la Floresta da Tijuca habitan más de doscientas especies de animales, entre las que destacan serpientes como la coral y la jararacá, reptiles como iguanas y calangos, coloridas aves como la saíra, la rendeira, el tangará o el beija-flor (colibrí) y otras de mayor tamaño como gavilanes y jacupembas. Entre los mamíferos, los que más abundan y son más fáciles de ver son con toda seguridad los monos, entre los más comunes están el macaco-prego o mono capuchino y el macaco-estrela o tití, que no sólo se encuentran en los parques naturales sino también en lugares tan visitados como el Pan de Azúcar o el Cristo Redentor, donde también es posible toparse con familias de coatíes. Igual de fácil es encontrarse con un gran número de garzas picoteando en las riveras de la Laguna Rodrigo de Freitas o de cualquier zona húmeda.

Otras de las especies animales representativas que han vuelto a los parques naturales y que pueden verse en lugares como el Bosque da Barra o el Parque Chico Mendes son el jacaré-de-papo-amarelo (caimán que estuvo en grave peligro de extinción), la tortuga y el capibara.

Más difíciles de ver debido a que se camuflan muy bien y a que suelen estar en las copas más altas de los árboles, son los perezosos (conocidos en portugués como bicho-preguiça), los tucanes y los papagayos. Otros animales de Río de Janeiro que afortunadamente han vuelto, en especial a las zonas occidentales y más apartadas de los núcleos urbanos, son el cachorro-do-mato, el gato do mato, el tatu o armadillo y el tamanduá-mirim u oso melero.

Mitos y/o leyendas



[Sací, el negrito de una sola pierna]

En una región de Río de Janeiro que antes era tan solo campo, había un señor, se llamaba Belarmindo, nosotros le llamábamos Sr. Mindo. Yo le he conocido en persona. Él tenía una casita de pescador, donde solíamos dormir cuando íbamos a pescar. Una noche nos dijo él: hoy es la noche de mi negrito, pero no os preocupéis, pues él viene, baila rápidamente la samba y silba, después se va. Nadie lo creyó, pero por la noche, de verdad vino el negrito y empezó a silbar. Nadie quería salir para ver, pero mi abuelo fue el primero en salir, por ser el mayor del grupo, así que los demás que estábamos allí en la casita, pusimos la cabeza para fuera de la puerta y vimos: ahí estaba el negrito, nos miró, bailo samba y desapareció.


[Fantasma del callejón]

Esta historia es de un chaval que vivía por el callejón y solía gritar cerca del oído de la gente. Una vez un hombre se enfadó con ese hecho y mató al chico con un arma de fuego. Hasta hoy, la calle está encantada. La gente que pasa por ahí cuenta que oye un grito, cerca del oído, pero nunca han visto nada.




[Otra del Sací]

Esta vez ocurrió cerca del autódromo de Jacarepaguá. Nosotros estábamos en la casa, donde vivía mi abuela, dormíamos en el salón, cuando oímos los perros ladrando. El salón tenía unas ventanas grandes de vidrio, pero no se veía nada a la calle, nada más se oían los ladridos fuertes de los perros. De pronto, uno de ellos fue arrojado contra el vidrio de la ventana. En este día nadie ha ido a mirar, pero todos sabíamos que era otra travesura de Sací.




[Fantasma de la chica del baño en la URJ]

Yo conocía esa historia desde 1994, cuando empecé a trabajar allá. Nunca había pasado conmigo, pero un día, estaba yo cerca del baño, cuando salió una chica desesperada. Ella había oído gritos. Mientras, la puerta seguía moviéndose (era de esas que pone ocupado y desocupado) y se movía rápidamente. Así que, yo también estaba asustado, no sabía que hacer, le pregunté quien era. Y luego una voz, desde dentro del baño, me contestó. Era una voz de mujer, o sea, un fantasma femenino. Pregunté a ella el motivo porque hacía aquello. Contestó que estaba presa, entonces le ayudé a abrir la puerta. No he visto a nadie, pero sí he oído, estoy seguro. Después de aquel día, nunca jamás supe de ella, creo que se ha resuelto el problema.